martes, 13 de noviembre de 2007

track 10: CAMARA LENTA (Javiera Mena)


- te gusta meterte en problemas a ti. ¿te has dado cuenta?
Que comentario mas propio de Andrea.
- me di cuenta la primera vez que me lo dijiste – respondí en un tono algo cortante, y algo distraído.
Era común que en mis caminatas con Andrea me perdiera un poco sin razón aparente, lo cual no era mayor problema, ella siempre sabia sacudirme (a veces literalmente) de vuelta a la conversación. Sin embargo, hoy se preocupaba menos de ello, creo que ninguno de los dos estaba muy preocupado de nada en particular, o tal vez eran tantas las cosas de que preocuparse que simplemente dejaba de valer la pena. El domingo corría en cámara lenta mientras compartíamos los audífonos en una canción que hablaba precisamente de eso, con un teclado de radio AM sonando al fondo de voces perfectas para un domingo en la tarde.
Grande Javiera Mena, una lastima la nueva moda del lesbianismo. Aunque a ella le creo que la cosa es en serio. Lo cual también podría considerar una lástima, creo que se entiende a lo que voy.
Andrea me miraba con una cara de desaprobación a la que ya estaba acostumbrado, no porque me desaprobara siempre, sino porque esa mirada se confundía con su mirada de preocupación, y bueno, ella siempre se preocupaba por mi. Andrea era mi conciencia a ratos, un cable a tierra, y aunque no lo fuera, con que se preocupara me bastaba para sentirme un poco mas pegado al suelo.
Buscamos cualquier lugar que estuviera abierto para tomar algo, un café, una cerveza, cualquier cosa, los Domingos son una mierda en ese sentido, en muchos sentidos. Nos sentamos a hablar de nada, no pudiendo hacerlo, sabiendo que temas mas complicados saldrían a la luz, pero con la intención de no enrollarnos demasiado, bastaba con disfrutar el momento, o al menos no pasarla mal en este.
Mirábamos por la ventana de un café a familias que tomaban un helado, a uno que otro ciclista disfrutando la tarde, artistas callejeros, gente descansando. Era el momento de la semana para ver a gente que, de cierta manera, no iba a ninguna parte, y era placentero darse cuenta de que no éramos los únicos (al menos estos dos días) que no iban a ningún lado.
Andrea me miraba con la cabeza medio cubierta por su mano, con la que tomaba la pajilla del vaso de coca-cola que había pedido, solo le veía los ojos y el pelo cubriendo el resto. Tenía bonitos ojos, llenos de… de algo, que se yo, cualquier cosa sonaría a cliché. Esas frasecitas que casi parecen envasadas y que la gente evita usar constantemente.
Pero al mismo tiempo, los clichés existen por algo, creo yo. Digamos que sus ojos estaban llenos de clichés.
Pasaron horas asi, a veces hablábamos mucho a veces casi nada, a veces nada en absoluto. Después del café caminamos hasta Esperanto, una tienda de música perdida por ahí, con la gracia de tener buenos discos a buenos precios, tanto nuevos como viejos. Ahí siempre podíamos perder el tiempo. Esperanto tenía la gracia de abrir los domingos cuando se le antojaba a su dueño, en ese sentido la tienda podría haberse llamado Oasis, pero hubiera sido un insulto considerando la alusión musical y la buena música que se vendía. Mientras revisábamos las repisas Andrea decidió volver al tema anterior mientras sostenía dos discos de Bjork en sus manos. No soporto a Bjork.
- para que volver al tema? – pregunté después del primer comentario de Andrea.
- No se – respondió – me preocupa que estés bien.
- Lo se, pero no te preocupes tanto, no es la primera vez que me pasa y no va a ser la última tampoco
- Bueno, cambiando un poco el tema, aunque no tanto, te ha llamado algún amigo mas de tu ex pidiéndote explicaciones?
- No, después de su gracia el otro día debe haber perdido algo de credibilidad.
Andrea rió levemente, no le tenía ningún aprecio a mi ex, sino todo lo contrario. Mi relación con ella nos había separado mucho y ahora estábamos tan bien como siempre.
- que disco estás buscando? – me preguntó después de un rato de silencio.
- Cualquier cosa menos Bjork – respondí riendo.