sábado, 17 de septiembre de 2011

ÚLTIMO TRACK: COMO TERMINA LA HISTORIA

El último capítulo estaba escrito desde el comienzo. Lucas, al final de años de historias, de Mujeres, de canciones, de humo, de ruido, de puñetazos, de vomito y de una larga lista de la que ya di una aburrida parte, iba a aparecer sentado en un bus, mirando por la ventana, decidido a volver a donde la historia empezó.

Si escribo este último capítulo, que es mas bien una despedida a mi personaje, es porque la canción que había pensado para ese "track" sonó ayer en la radio. "Fear" de Ian Brown. En el momento en que decidí dar comienzo a esta historia, esa canción me parecía perfecta para el final.

"Soundtrack" fué una historia tan real que en algún momento dejó de ser mía, sino de muchas personas. Venía de muchas fuentes y, con el paso del tiempo, muchas personas fueron Lucas, Andrea, Elena, Antonio, e incluso las dos mujeres que hasta ahora permanecen (y permanecerán) sin nombre.

Hubieron mas comentarios de los que hubiera esperado. Algunos que me encantaron, algunos que odié, gente que disfrutaba lo que escribía y tipos pedantes que por tener un blog se creen escritores y criticaban algo que no tenía mas pretensiones que contar una historia. Admito, si, que intenté escribirla lo mejor posible. Pero actualmente, leo mis palabras y siento que pese a escribir de manera mucho mas directa, descubierta, simple, visceral, desaliñada, etc... he madurado, al menos en eso.

Si alguien alguna vez leyó este blog, pues gracias, gracias a quienes comentaron, gracias a quienes me dieron las primeras chispas de inspiración para mis personajes. Gracias a quienes me hicieron pensar que esta historia se estaba gastando, gracias a las minas desagradables que se sentían con derecho de solicitar SER un personaje en mi cuento. Fuck off bitch, pero gracias por acelerar el proceso de matar esta historia.

La chispa inicial para empezar a escribir "Soundtrack" no tenía, y nunca tuvo, suficiente bencina como para durar hasta el final. Pero hay ganar de prender con nuevas cosas que pueden llegar mucho mas lejos. Este espacio quedará abierto hasta que aparezca una nueva manera de darle vida a mi concepto. Pero dudo que esa manera sea un nuevo cuento.

Termino esta historia tan borracho como la empecé (ligeramente más) y diciéndole a mi protagonista: Yo que tu me hubiera quedado al lado del camino y nunca hubiera vuelto a subirme al bus, las mejores cosas no se buscan, llegan.

A quien le interese o interesó esto, y a Lucas: Chau.

viernes, 10 de septiembre de 2010

track 16: THE CROW AND THE BUTTERFLY (Shinedown)




Estar con Elena era como jugar a las escondidas.
era habitual recibir sus mensajes avisandome donde iba a a estar a modo de invitación, y también era habitual que, tras verla una vez, desapareciera por días, o incluso semanas. Elena era como un volantín sin hilo, colorida y dificil de atajar.

Pero debo admitir, me encantaba ver como ese volantín pasaba frente a mi.

Cuando pasaban demasiados días sin verla empezaba a buscarla con la vista mientras caminaba, detectando cualquier cabellera fucsia en un radio cercano. Creía verla en los cines a los que iba, o en alguna tocata de un grupo muy stoner, paseandose entre la gente. A Andrea le molestaba un tanto mi fijación, pero al mismo tiempo le divertía bastante mi juego con Elena. Yo, personalmente, sentía que había gastado demasiado tiempo tratando de controlar lo incontrolable, asi que simplemente me dejaba llevar. Cualquier espera valía la pena.

Por mucho que aún me molestara ponerme romántico, sabía que estaba enamorado.

Asi pasaban muchos de los días. recorriendo Santiago buscándola sin darme cuenta, hasta que ella decidía aprecer, y cuando eso pasaba los días eran increíbles. Generalmente mi tiempo sin ella terminaba con uno de sus mensajes, anunciándome donde estaría, y eso esperaba yo.
Sin embargo, llegó un momento en que los mensajes se detuvieron. Había pasado mucho tiempo, y cuando supuse que era hora de recibir un mensaje de Elena pasé el dia esperando, mirando el celular, y no tuve noticias. Estó duro días, semanas, y yo empezaba a precouparme. Nadie respondia si tocaba la puerta de su casa, me instalaba en la estación de metro donde se bajaba ella y esperaba a que apareciera, pero nada. Elena podría haber estado muerta y yo no tenía como enterarme.

Finalmente, una mañana muy helada, me despertó el timbre de mi departamento. Al principio no hice caso y traté de dormir, pero el timbre no paraba de sonar. Bajé al primer piso y abri la puerta. Elena estaba parada sobre los escalones de entrada, con su pelo fucsia tapándole la mitad de la cara, y abrigada con una enorme chaqueta verde militar con capucha, muy parecida a una que tenía yo. En lo poco que podía ver de su rostro notaba que estaba muy triste, parecía como que aguantara el llanto, sin embargo hacía un esfuerzo por sonreírme. Cuando me vio, noté como sus brazos temblaban, como haciendo fuerza, dio dos pasos y me abrazó muy fuerte.

- Por favor no me sueltes - dijo, manchandome el pecho de lagrimas.

(Capítulo dedicado a Paz, que es mas Elena que Elena misma)




martes, 7 de septiembre de 2010

track 15: HER MORNING ELEGANCE (Oren Lavie)



Poco a poco el negro se hacía mas luminoso, mientras habría los ojos y, por primera vez en mucho tiempo, despertaba con alguien a mi lado.

Hacía mucho frío en mi departamento, pese a que entraba un rayo de luz casi molesto a través de las persianas. Y me agradaba darme cuenta de que mi frío se debía a que alguien me había quitado mi mitad de las frazadas. Al principio me costó caer en cuenta de lo que pasaba, sentía este cuerpo al lado mio y pensaba "aun debo estar soñando". Pero a medida que la luz me dejaba ver mejor y la niebla se me iba de los ojos pude ver mejor.

Elena.

Después de esa fiesta donde abandoné a Antonio para acompañarla a su casa nos habíamos despedido. y a la mañana siguiente había recibido un mensaje de ella en el celular, avisándome que iba a estar el Viernes en la tarde viendo discos en Esperanto, mi local favorito para encontrar lo mejor de bandas que nadie conoce. Aparecí ese Viernes y la encontré sumergida entre muchos de mis artistas favoritos, se veía aun mejor que la ultima vez. pasamos la tarde discutiendo sobre como Mike Patton puede hacer lo que quiera y convertirlo en oro puro, o sobre lo lamentable que es que Porcupine Tree probablemente nunca venga a Chile. Tuve también que defenderme cuando me descubrió mirando un disco de rarezas de HIM, pero tratandose de ella, no me molestaba quedar en ridículo.

Después de ese día Elena se dedicaba a enviarme mensajes diciéndome donde estaría a tal hora en cual lugar, y yo me dedicaba a seguirla y aparecer en esos lugares. Era el pequeño juego que ella habia diseñado para nosotros, y la verdad me encantaba. Persiguiéndola vi muchísimas películas gore en cines que no conocía, me enfermé con tragos de dudosa apariencia en bares que pretendían parecerse a CBGB y descubrí a pintores que no conocía en galerías ocultas del centro. En todas esas ocasiones Elena aparecía de la misma forma, inmersa en el espacio que la rodeaba y absolutamente perdido en el, hasta que me acercaba a ella recibiendo una sonrisa de dientes enormes como saludo. Los días pasaron emborrachandonos entre funciones de cine, revueltos entre vinilos de Patti Smith, Richard Hell y Television y CDs de Nine Inch Nails, Porcupine Tree y Yellow Machinegun. Eramos simplemente felices, sin preguntarnos demasiado de nada (al menos no en voz alta).

Y finalmente, una noche que había decidido no aceptar las invitaciones de Antonio, recibí su último mensaje.
"voy a estar en alrededor de 5 minutos en la puerta de tu edificio".

Ahora la observaba acostada en mi cama mientras Oren Lavie sonaba en la radio que habíamos dejado prendida la noche anterior. Su cuerpo desnudo me hacía notar que todo lo que había visto antes en mi vida había sido una perdida de tiempo. Mis dedos paseándose por sus brazos me hacían ver que existían cosas mas suaves de lo que yo había tocado antes. Incluso el sol parecía tocarla con cuidado, con miedo a hacer mas áspera esa suavidad.

No pude evitar quedarme despierto mirándola con atención hasta que el rayo de sol que entraba por las persianas tocó sus ojos, logrando que de a poco los abriera, con la misma dificultad que tuve yo cuando desperté un rato antes. Al verme sonrió y me pregunto con una sonrisa burlona y nerviosa.
- que??
- Nada. respondí con una sonrisa de oreja a oreja.

Elena se dio vuelta y se pegó a mi, me tapó con las frazadas que me había quitado durante la noche y cerró los ojos. Cuando puse mis brazos alrededor de ella tomó mi mano, la besó y la puso en su estomago. Se pegó un poco mas a mi como diciéndome "aun es demasiado temprano".

En ese momento supe que, viniera lo que viniera, iba a ser capaz de aguantar todo por ella.
Y, al menos en este capítulo, eso era lo mas importante.






domingo, 30 de agosto de 2009

track 14: MON MEILLEUR AMI (Yelle)



Lo que pasó fue tan extraño que merece tres canciones, y todo parte con una fiesta.

La casa pertenecía a la amiga de un amigo de Antonio y estaba llena de gente que no conocía. Es una de esas situaciones en que invade una cierta incomodidad al entrar a un lugar donde todo el mundo te mira preguntándose si deberías estar ahí, y en ese punto, debes decidir si actúas de forma respetuosa o mandas todo al carajo con la intención de divertirte un rato.

Generalmente soy de los que actúa respetuosamente, pero qué diablos. Uno no tiene mucha capacidad de decisión cuando balancean un vaso frente a ti en el segundo que pisas una casa.

La dueña de casa era de estas minas de pinta algo retro, de ropa de colores fluorescentes y lentes oscuros Wayfarer rosados con negro, que de noche me parecían algo innecesarios. Saltaba por toda su casa saludando a cuanta persona viera y bailando el electro pop pegajoso y plástico de Yelle, que admito, es un placer culpable mío. Mi primer impulso fue evitarla, sobre todo considerando que estaba metido en su casa sin que me conociera, pero Antonio tenía otros planes.

- Me gusta la dueña de casa – dijo, de forma no muy sutil.

- Nos van a echar de otro lado más? – respondí casi sin dejarlo terminar su frase.

- No te preocupes, voy a ser un caballero.

- No te preocupes, voy a pretender que no te conozco

Después de una corta risotada nos despedimos para que Antonio pudiera seguir su objetivo.

Mientras circulaba sin mucho interés en nada ni nadie me llamó la atención alguien nuevo que entraba a la casa con una actitud más o menos parecida a la mía. Era una chica delgada, no muy alta pero no baja, de pelo liso teñido de un rosado fuertísimo que le llegaba apenas arriba de los hombros. No estaba vestida como el resto de las personas del lugar, donde parecía que hubiera explotado una bomba de spandex de colores. Llevaba unas converse rojas sobre unos pantalones negros, y una camiseta algo gastada de los Ramones. Miraba por todo el lugar algo perdida con sus ojos algo saltones ocultos tras el pelo rosado.

Esta mina tenía mi estilo, definitivamente. Al menos me hizo olvidar donde estaba parado.

Por supuesto, siendo yo el interesado, no iba a acercarme a ella ni aunque mi vida dependiera de ello. Era una de esas personas que uno disfruta observando, pero que no se molesta en tratar de conocer porque simplemente están fuera de alcance. Así que me dediqué a seguir bebiendo, fumando, consumiendo y disfrutando en secreto la música. A ratos escuchaba a Antonio declarando su amor a cualquier mujer que se le cruzara, exclamando “pero la amo mas a ella” cuando la dueña de casa pasaba cerca suyo, el show que estaba armando me servía para no quedarme mirando a la chica de pelo rosado. Me distraía un poco observando como mi amigo era encerrado en un closet para evitar que siguiera molestando cuando, sin que me diera cuenta, se me acerca la persona más inesperada.

- Hola – me dice, sin más ni más.

- Hola – respondí, sin creerme mucho lo que pasaba.

En ese momento, y apropiadamente, el equipo de música de la casa cambió de track, bueno, había cambiado hace un buen rato, pero en este momento me percaté.

track: BLANK GENERATION (Richard Hell and The Voidoids)

- Ay, esta canción la metio mi pololo a mi iPod! Que lata! – exclamó la dueña de casa.

- Como que pololo? Que tiene el que no tenga yo? – exclamó una voz desde el closet – alguien puede traerme un trago al menos?

Mientras esto pasaba yo seguía embobado.

- Al fin cambiaron la música, odio esa mierda electropop, no te pasa lo mismo? – dijo la chica de pelo rosado.

- Ehm… si, esta mucho mejor ahora – respondí, de todas formas, me gusta Blank Generation.

Asi nos dimos a conversar un rato, la chica se llamaba Elena, escuchaba básicamente la misma música que yo (salvo por mis placeres culpables electro pop) y bueno, era básicamente un calce perfecto, nada que decir. Hablamos por horas, a ratos incluso nos movíamos al ritmo de alguna canción (de rock, siempre de rock). No me importaba la gente que pasaba alrededor nuestro, o los golpes que oía en la puerta del closet. Apenas me di el tiempo para dejarle una botella de Pisco a Antonio para hacer su encierro un poco más ameno, sin dejar de prestar atención a esta persona que me estaba robando el tiempo.

Como iba la cosa, podría haberme robado lo que quisiera.

La noche siguió sin que prestara atención a nada más que a la persona frente a mí. No sé si habrá sido por lo nuevo, por lo impresionante de que se me hubiera acercado o quién sabe, pero en fin, estaba tan embobado que me daba asco a mi mismo. Después de un tiempo Elena decidió irse, y me preguntó si me molestaba acompañarla hasta su casa, que quedaba a una distancia caminable.

- No hay problema, te acompaño – respondí sin pensarlo un segundo.

- Y tu amigo? Estará bien aca? – me preguntó ella.

Abrí la puerta del closet para encontrar a Antonio declarándole su amor a un abrigo.

- Creo que él está bien donde está – dije

Salimos de la casa esquivando ambos a la dueña y empezamos a caminar. No había nadie en la callé y lo único que interrumpía nuestra conversación era un ocasional taxi a toda velocidad. Me contó mucho de ella, de su vida, y me preguntó muchas cosas, algunas las contesté sin pensar, en otras fui más reservado, pero por alguna razón no quería ocultarle nada a esta persona que caminaba conmigo.

Finalmente llegamos a su casa, cuando el cielo empezaba a aclarar y los pájaros anuncian que te quedan pocas horas de sueño. Cualquiera hubiera esperado que este momento terminara conmigo entrando a su casa, pero no fue así. Con una sonrisa en cada rostro Elena y yo nos despedimos y yo decidí seguir con la caminata solo, pese a que me departamento quedaba bastante lejos. Saqué los audífonos del bolsillo y apreté play a lo primero que saliera.


track: FIRE (Poets of The Fall)

Mientras caminaba reflexionaba sobre todo, sobre la tarde del día y sobre la noche del día. Sobre ella, sobre Elena, sobre todo el mundo. Sobre mis últimas decisiones y sobre mi actitud hacia todo. El sol cada vez brillaba un poco más y teñía las nubes, haciéndolas parecer hechas de fuego. El aire frío de una mañana nueva me hacía sentir energizado, animado, despierto, un poco borracho. Y me daba una sensación extraña, como diciéndome que todo iba a estar un poco mejor de ahora en adelante. Caminé por horas y al llegar a mi departamento seguí caminando. No quería dejar de sentir esto, quería alargar esta sensación por el mayor tiempo posible. Seguí caminando mientras pensaba en un nuevo lugar donde llegar, y cuando lo hice, me dirigí hacia allá, disfrutando el momento y repitiéndome la canción de Poets of The Fall una y otra vez. Llegue finalmente a la puerta de un departamento y toqué el timbre varias veces. Andrea salió a medio vestir restregándose los ojos.

- Lucas! Paso algo?

- No, nada, todo está maravilloso.