domingo, 2 de septiembre de 2007

track 6: THE CHURCH OF HOT ADDICTION (Cobra Starship)


Un auto casi me atropella mientras corría cruzando la calle.
Tenía las piernas cansadas pero no podía detenerme. Aun podía escuchar los gritos desde del bar, y las voces de mas de alguna voz no muy amigable. Mientras corría miré hacia atrás y me encontré con mis amigos, a pocos metros de mi, todos corriendo como si nos persiguiera el diablo mismo. Serpenteamos por las calles del barrio bellavista hasta perder a quienes nos perseguían y no nos detuvimos hasta llegar a Plaza Italia, y ahí mismo nos detuvimos a recuperar el aire, sentados o arrodillados en un circulo nos miramos los unos a los otros.
Inevitable cagarnos de la risa al vernos las caras.
- Esa estuvo cerca – dijo Antonio casi sin aire – esta vez pensé que nos agarrarían.
- El día que nos agarren esto va a perder la gracia – respondió Pablo mientras se quitaba la gruesa chaqueta verde que llevaba encima – ¿Todo bien Lucas?
- Si – respondí, aun con la respiración cortada, y dispuesto a caer de espaldas en el suelo de la plaza.
- Uno llevaba una botella rota - comentó Antonio aguantando la risa.
- ¿quién era? ¿el de la mina a la que estabas molestando?
- Oye, ella quería conmigo, se le notaba. – dijo Antonio empezando a perder la borrachera, ya no muy convencido.
- Hmm, como digas – respondí aguantando la risa, lo cual no pude hacer mas cuando Pablo estalló en una carcajada.
Mis amigos sabían, por decirlo de alguna manera, sacarme de contexto.
Nuestras intenciones nunca eran las que parecían. Inicialmente, buscábamos pasar un buen rato, pero tenemos una afinidad con “situaciones complicadas”.
La gente no entiende nuestro sentido del humor.
A veces bastaba con mirar a alguien con mala cara, otras veces la causa era un manoseo repentino a una total desconocida, que resultaba ser pareja de un tipo que nos doblaba el tamaño. Fuera como fuera que empezara la cosa el resultado era el mismo, la situación no demoraba en salirse de control, y bueno, ahí corremos. Es una especie de deporte extremo, pero nunca tenemos intención de correr, no nos gusta correr.
Caminamos, ya mas calmados, hacia el auto de Antonio, que estaba estacionado a un par de cuadras de ahí. Aún después de decenas de escapadas como esta me impresionaba que hubieran dos personas que compartieran mi falta de juicio, sobre todo considerando lo diferente de sus personalidades.
Pablo era el mas calmado de todos, y el que se hacía responsable de que nuestras acciones no se pasaran demasiado de la raya. Sin embargo, no perdía la oportunidad de divertirse un rato con nosotros. Antonio, por otra parte, era el mas descontrolado de los tres, y el mas impulsivo. En nuestras tres personalidades se creaba un balance, y ese balance estaba presente desde siempre.
- te noté un tanto distraído a ratos – comentó Pablo.
- Si – respondí – no he estado muy en mi mismo estos días.
- Honestamente – dijo Antonio – creo que tu problema es claro. Decidiste escaparte de tus problemas acá y lo único que hiciste fue buscar problemas en otro lado. Desde que tu nueva conquista vino y se fue no has estado igual.
- No es así, no es una conquista, y no es un problema. – respondí.
- Bueno, pero ¿y si lo fuera? Creo que no deberías complicarte mas las cosas. Búscate una mina acá y ahórrate problemas – Antonio tenía la tendencia a ver las cosas en blanco o negro a veces.
- No es tan simple – respondí – ya, hablemos de otra cosa
- ¡Mierda! – exclamó Pablo.
- No te molestes – dije – no es para tanto.
- No es eso – respondió subiendo al auto – ahí vienen los tipos del bar.
- Ah, cresta!

1 comentario:

Unknown dijo...
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