lunes, 17 de septiembre de 2007

track 7: HEARTATTACK IN A LAY BY (Porcupine Tree)


- ¿Nos estaremos complicando demasiado?
- No se. Pero no quiero responder una pregunta así.
- A veces temo que no vayamos a ningún lado, que lo que nos rodea nos gane la batalla.
- ¿Por qué me dices esto?
- No pienses mal, lo que pasa es que a veces se me pasa por la mente, es todo.
- Siento como si esto llevara a una conclusión que no quiero escuchar.
- Honestamente, no se que hacer.
- Yo tampoco, pero no quiero dejar esto. Es difícil, pero se puede seguir adelante
- Si, ¿pero por cuanto tiempo? ¿y cuanto esperarías?
- No se, no se, pero se puede…
- ¿ Y que tal si no se puede?
- ¿ Que quieres decirme?
- No se… no se que quiero decirte, no se que quiero… mentira, se lo que quiero, pero no se si es posible.
- No digas eso, por favor…

¿Saben que? Hay cosas que prefiero guardarme. Lo dejo hasta aquí.
En medio del momento sonaban guitarras que describían como se paraba un corazón. Y sinceramente, no estaba para escuchar esas cosas. Adelanté la cancion en mi reproductor.

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TRACK: WHAT HAVE YOU DONE (Within Temptation con Keith Caputo)


No me importan los vidrios rotos, ni los papeles tirados en el suelo, ni saber que cada vez que suena el teléfono es Andrea, llamándome preocupada. No contesto, no respondo, no me importa. No me importa que toquen mi puerta los vecinos para quejarse de que las guitarras suenan demasiado fuerte en los parlantes. No me importa nada.
Ya voy en el cigarro 19 de la cajetilla, y solo he usado mi encendedor una vez, como si fumar en cadena ayudara en algo, como si fuera una anestesia. Mi única opción siempre había sido sentirla lejos, pero ahora no la sentía en absoluto.
Nada parece tener demasiado sentido aparte del desorden en mi pieza.
Decido, finalmente, contestar la llamada de Andrea:
- ¡al fin! – exclama ella - ¿cómo estas?
No contesto.
- Ojala supiera decirte algo, algo que pudiera ayudarte, pero se que lo que pueda decir no te serviría de nada ahora.
- Tienes razón en eso – respondo con una voz apagada y endurecida por el tabaco.
- ¿quieres que vaya? – me pregunta con una voz que parece de miedo, pero en la que reconozco su preocupación. Me tomo mi tiempo antes de decirle que si, y corto el teléfono sin siquiera despedirme. Esta noche debería ser como las demas, soñandola. Pero ahora daría lo que fuera por no pensar en ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vicente, mi querido poeta:
Este protagonista tiene tatuado tu propio aire... siempre enigmatico, rebelde, pero suave ante el sexo femenino!
Cada autor escribe su propia historia, asi que no te olvides de darle a esta un final feliz!
Besos,
Cyri

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.